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Lo que aún no sabes del hidrocele


El hidrocele del varón aparece cuando se acumula líquido alrededor del testículo. Esta condición se produce porque, o bien tu organismo produce más líquido del necesario, o bien en tu escroto no hay un mecanismo de absorción o recirculación de ese líquido producido.


¿Qué notas?

El paciente suele acudir a consulta preocupado porque habitualmente en uno de los dos lados del escroto, ha detectado un crecimiento progresivo. Este crecimiento suele transcurrir sin dolor así que el paciente consulta por el aumento de volumen, por sentir como un globo ese lado del escroto. Al tratarse de un crecimiento progresivo y lento, la piel no suele sufrir y habitualmente no se encuentra enrojecida. En algunos casos, por la distensión de esta piel, el paciente puede notar picor.


¿Cómo se diagnostica?

Habitualmente, tras la exploración física, ya podemos tener una sospecha clínica. Debemos también descartar que ese aumento escrotal no sea debido a una hernia inguinoescrotal, es decir, a qué parte del contenido intestinal no haya migrado hacia tu escroto. También, aunque cada día se utiliza menos, se puede aplicar una luz a través del escroto, y ver si existe un "efecto bombilla" por el contenido líquido.



Para confirmar el diagnóstico realizamos una ecografía escrotal. En ella, debemos comprobar una serie de ítems fundamentales:


a) el testículo y el epidídimo mantienen su estructura y no presentan lesiones sospechosas.


b) confirmamos la presencia de líquido alrededor del testículo.


c) descartamos la presencia de una hernia inguinal.


d) evaluamos si la cavidad que contiene el líquido presenta también otros elementos como tabiques en su interior o restos que puedan sugerir que ese líquido se ha podido mezclar con sangre o está infectado y tiene pus.


¿Cuál es su evolución y tratamiento?

El hidrocele puede seguir creciendo o puede estabilizarse. Aunque puede suceder, es menos frecuente que desaparezca por completo en los pacientes mayores. Sin embargo, el hidrocele suele desaparecer por sí solo en los bebés varones.

Si el hidrocele alcanza un tamaño importante, te impide realizar ejercicio físico con comodidad, mantener relaciones, o te resulta molesto en tu día a día, puede ser necesaria una intervención quirúrgica. Se realiza con anestesia general y se realiza una incisión en la piel del escroto para evacuar el líquido. Además se realizan maniobras para evitar que este líquido pueda volver a acumularse.


Tras la cirugía, podemos dejar un tubo de drenaje habitualmente durante un día para evacuar la pequeña cantidad de sangre que pueda producirse, y también los restos de líquido remanentes. Por otro lado, se coloca un vendaje de contención en la zona unos días.


Por último, decir que el hidrocele puede reaparecer y, por tanto, se recomienda un seguimiento por un especialista en urología.


Escríbenos tus dudas, o pide una cita y evaluamos tu caso.



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